15 julio 2005

Mi diario

ALGO QUE CONTAR
Llevo todo el día con ganas de escribir algo en el blog, pero realmente no sé qué escribir. Será por este calor sofocante que nos sumerge en una extraña apatía... El caso es que no tenía demasiadas ganas de levantarme del sofá donde disfruto del frescor del aire acondicionado y una bolsa de bocabits y venir a la habitación en la que solo tengo un triste ventilador de pie.
Una vez que me he hecho el ánimo, me encuentro que no tengo mucho que contar y además mi imaginación en estos momentos no anda muy bien como para inventar algún relatillo chulo, aunque me gustaría. La verdad es que uno de mis defectos es que nada de lo que escribo (o casi nada) me acaba gustando. Y por eso, me da vergüenza publicar cualquier cosilla que tengo por ahí guardada. Pienso que es tan malo que no le va a gustar a nadie. Aunque puede que un día cuelgue algo sin decir que es mío para ver si gusta o no.
Por lo menos los ánimos esta semana los tengo mejor. He salido un poco (poco) pero ya es más que otras semanas. El miércoles fuí a la peluquería y me corté el pelo, pero no mucho. Ahora llevo flequillo. No me acabo de ver con flequillo y siempre me lo peino hacia un lado.
Ya pondré alguna fotito para comparar el antes y el después, como en los anuncios de la teletienda. También me depilé las cejas, que tenía dos pedazo de cejas que parecía Macario. Nunca lo había hecho. ¡Dios! ¿Por qué haremos cosas así? Dolía, me lloraban los ojos, pero yo pensaba que aún dolería más, así que aguanté bien y el resultado ha valido la pena.La malo de esto es que ya te ves inmersa en un círculo vicioso. Una vez has dado el primer paso ya no puedes abandonar, porque te volverán a salir los pelacos y tendrás que volver a depilarte si no quieres ir hecha una garrula... Lo mismo pasa con los tintes del pelo, pero eso es otro tema.
También el miércoles quedé con dos amigas. Era el último día que veía a Sara antes de las vacaciones. Qué sola se queda una en verano. Todo el mundo se va de vacaciones o a sus respectivos pueblos y los que no nos vamos a ninguna parte nos quedamos en la ciudad con una sensación de desamparo y soledad enorme.¡Menos mal que nos queda el messenger!
Ayer fui al dentista (qué semana más completa) y me sopló 30 euros por una revisión en la que ni siquiera me limpió los dientes ni nada. Metió el espejito, no vió ninguna caries... y ¡págame 30€! Joder... Yo de mayor quiero ser como tú.

No hay comentarios: