22 agosto 2008

Me abuuuuuurro

(Bostezo) Qué rollo de verano. No sé si es muy normal o soy de las pocas personitas en el mundo que se aburre siempre que se supone que hay que pasarlo bien - Navidad, verano, cumpleaños... -.
Este año no salgo de vacaciones. En casa nos hemos estado dedicando a la redecoración: pintar, pintar, pinta sin parar, mojar extender y vuelta a empezar. (Si no visteis Barrio Sésamo esto último no tiene ningún sentido).
Pintar es muy cansino. Que si tapa los muebles, tapa los enchufes, las ventanas, las puertas... ¡por Dios! qué manera de tapar cosas.
Después la pintura. Que si queda raro, que si no me gusta mucho este color, que si ¡uy!, pues sí ha quedado chulo, pero lo sigo viendo raro... Y después el olorcillo que te queda en casa durante días.
No sé, este verano se me está haciendo largo y raro.
No tengo muchas ganas de salir ni de hacer nada. Hacía tanto que no entraba en el blogger que me acabo de dar cuenta de que lo han vuelto a cambiar.
Tengo el cerebro en fase de pruebas: las ideas ya no fluyen como antaño aunque hoy me sienta algo más animada para escribir cualquier chorrada como esta. Debe ser el Prozac que ya empieza a hacer sus efectos, digo yo.
El día 4 fue mi cumpleaños. 28 años ya. Cuando lo pienso es que no me lo creo, me parece que todavía tengo 19 ó 20. Tempus fugit, cruelmente. ¡Hasta me he visto dos canas! ¡No, no y mil veces no! Voy a tener que comprarme el tinte que anuncia mi tocaya Lydia Bosch.
El caso es que fue un cumpleaños bastante deprimente. Es lo que tiene nacer en agosto, que no hay nadie en la city y si hay alguien pasa de ti.
Hasta algunos habituales se han olvidado este año de felicitarme y eso que todos los años se acordaban a pesar de las distancias. Siento que voy perdiendo amigos con los que nunca debí perder el contacto.
Lo malo de cuando una está pachucha una larga temporada es eso: el olvido.
Menos mal que ya estoy mejor de lo mío. Puede que hasta llegue a ser otra vez la vil arpía de antes.
En fin, que este finde tenemos carreras urbanas aquí en el Valencia Street Circuit y desde mi casita se oye el zumbido. Es como tener una colmena gigante colgando del balcón. Bueno, todo sea por la prosperidad de la ciudad...
Y dejo ya de decir cosas que ya está bien por hoy. Al menos he actualizado, que ya era hora!