Este va a ser un post melancólico, me temo.
Llevo varias semanas sin escribir nada. He estado muy bloqueada... y triste... y sola... y...
No me gusta como está hecha mi vida, pero no puedo cambiarla. Y esta tarde por fin me he decidido a escribir algo en el blog, que me sirve de terapia y mucho más barato que un loquero, mientras escucho un CD de Presuntos Implicados "Yo me voy a marchaaaar a otro lugar, yo me quiero marchaaaar (...) iré tan lejos como pueda, llegaré hasta el final, casi hasta el final". Me parece una idea genial. Por desgracia estoy aquí atrapada.
Mi castigo es ver como todo cambia a mi alrededor sin que nada cambie en mí, si acaso a peor, eso sí. Vaya, me aflora el pesimismo again. Lo siento.
No puedo evitarlo. Solo miro y veo a la gente de mi alrededor. Unos tienen hijos, con un año menos que yo!!, otros terminarán la carrera y empezarán una nueva vida... Yo me quedo anclada en el mismo sitio. Como un barco roto que no se mueve del puerto.
Además soy totalmente invisible al resto del mundo.
En clase me hacen el vacío algunas personas. Es una larga historia respecto a un trabajo de una asignatura y un "contad conmigo para el trabajo" a principio de curso y un "ya hemos hecho el trabajo sin llamarte, apáñatelas", al final de curso. Viva la solidaridad y el compañerismo, si señor.
Que les den.
Que ganas tengo de terminar la carrera y perder a mucha gente de vista, y conocer gente nueva y mejorar de lo mío... y que todo cambie, de una vez por todas, para bien, a mi favor, que el viento fresco me de en la cara, que alguien me haga sonreir, que alguien me quiera como soy... Que la vida cobre por fin algún sentido.
Y como soñar es gratis, permitidme que lo haga. Por lo menos hasta que no necesite soñar estas cosas.