15 febrero 2007

¡SEGUNDO ANIVERSARIO!

Parece mentira que ya hayan pasado dos años desde ese día en el que decidí crear un blog, a ver cómo era, qué salía y lo que duraba.
La respuesta a estas preguntas ya la tengo:
- Es divertido escribir lo que me de la gana sin censura y que me lea gente de todo el mundo que me deja comentarios en los que expresan su opinión y me animan a seguir.
- ¿Qué sale? Amigos, muchos más blogs que visitar, creatividad, reflexión, tonterías (me gustan las tonterías...) y una buena base de datos personal en la que puedes comprobar que hace un año estabas escribiendo lo mismo que ahora...
- ¿Cuánto dura? Pues de momento dos años y espero que por lo menos uno más. El objetivo es terminar el DIARIO DE UNA ESTUDIANTE DE PERIODISMO cuando acabe la carrera. Entonces pasará a ser DIARIO DE UNA PERIODISTA (EN PARO) jeje.
Pero me parece que me va a dar para un par de añitos más sin cambiar el nombre.
Así que, amigos, nos vemos en la red y nos leemos durante un año más.

09 febrero 2007

Nº 15: LA DOCTORA QUINN


Lo prometido es deuda. Aquí sigue la lista con mis series favoritas. ¿Qué hubiera sido de los sábados por la noche sin la serie de la Doctora Quinn y sus innumerables aventuras? Un rollo. Por eso todos la veíamos en 1995 en TVE1.

La historia transcurría en 1867 en un pueblo en medio de un territorio salvaje llamado Colorado Spring. La vida del pueblo cambia cuando una "joven" doctora llega desde Boston para ejercer la medicina. Y claro, lo típico: que si una mujer no puede ser médico, que quita, quita, a mí no me toques, ya me arreglará la apendicitis el barbero... y todo eso. Porque en Colorado Spring lo más próximo a un médico que tenían era el barbero y le tenían mucha fe al hombre. Por eso éste le tiene manía a Micaela Quinn, la doctora.

Resulta que nada más llegar se le muere una paciente y adopta a sus tres hijos, porque ella es muy capaz y puede con todo.

Lo que me daba rabia de este personaje es que se metía en todo, era lo que llamamos en Valencia, una arregla-parroquies. Es decir, problema que había en el pueblo, allí que iba ella a meter cizaña y solucionarlo, como si los demás fuesen todos bobos.

Además ella era perfecta, nunca se equivocaba. Era capaz de curar desde una pierna rota o un corte en una mano hasta un cáncer de ovarios o de mama; todo eso en una cabaña de madera como quirófano.

En un capítulo viaja a Boston porque su madre le dice que está muy enferma. El médico le diagnostica cáncer de hígado y que le quedan dos telediarios. Pero ella le palpa el estómago y dice que se ha intoxicado con unas almejas (!). El médico se mosquea. Pero ella les pide por correo un potingue a los indios de los que es amiga y se cura su madre. ¡Ahí queda eso!

Y es que en esta serie también había indios (nativos americanos) que eran muy colegas de Sully, el novio de la doctora. Los del pueblo hacen como que no los quieren pero los indios siempre traen medicinas que los ayudan. Por que otra cosa no, pero los indios no son nada rencorosos, aunque intenten exterminarlos. El jefe indio era Nube Danzante.

También había negros, en concreto una pareja. Él era herrero y ella se monta un restaurante. Cosa curiosa que en 1867 vivieran tan integrados en el pueblo una pareja de negros, pero es que el pueblo de la doctora Quinn era muy progresista. Siempre había algún puntito de mini hostilidad hacia los diferentes, pero al final todos aprendían la lección y decidían que todos merecemos respeto y cariño.

Porque en la serie de la doctora Quinn todo conflicto familiar o vecinal se solucionaba con una amorosa y pedagógica charla y un cálido abrazo.