09 febrero 2007

Nº 15: LA DOCTORA QUINN


Lo prometido es deuda. Aquí sigue la lista con mis series favoritas. ¿Qué hubiera sido de los sábados por la noche sin la serie de la Doctora Quinn y sus innumerables aventuras? Un rollo. Por eso todos la veíamos en 1995 en TVE1.

La historia transcurría en 1867 en un pueblo en medio de un territorio salvaje llamado Colorado Spring. La vida del pueblo cambia cuando una "joven" doctora llega desde Boston para ejercer la medicina. Y claro, lo típico: que si una mujer no puede ser médico, que quita, quita, a mí no me toques, ya me arreglará la apendicitis el barbero... y todo eso. Porque en Colorado Spring lo más próximo a un médico que tenían era el barbero y le tenían mucha fe al hombre. Por eso éste le tiene manía a Micaela Quinn, la doctora.

Resulta que nada más llegar se le muere una paciente y adopta a sus tres hijos, porque ella es muy capaz y puede con todo.

Lo que me daba rabia de este personaje es que se metía en todo, era lo que llamamos en Valencia, una arregla-parroquies. Es decir, problema que había en el pueblo, allí que iba ella a meter cizaña y solucionarlo, como si los demás fuesen todos bobos.

Además ella era perfecta, nunca se equivocaba. Era capaz de curar desde una pierna rota o un corte en una mano hasta un cáncer de ovarios o de mama; todo eso en una cabaña de madera como quirófano.

En un capítulo viaja a Boston porque su madre le dice que está muy enferma. El médico le diagnostica cáncer de hígado y que le quedan dos telediarios. Pero ella le palpa el estómago y dice que se ha intoxicado con unas almejas (!). El médico se mosquea. Pero ella les pide por correo un potingue a los indios de los que es amiga y se cura su madre. ¡Ahí queda eso!

Y es que en esta serie también había indios (nativos americanos) que eran muy colegas de Sully, el novio de la doctora. Los del pueblo hacen como que no los quieren pero los indios siempre traen medicinas que los ayudan. Por que otra cosa no, pero los indios no son nada rencorosos, aunque intenten exterminarlos. El jefe indio era Nube Danzante.

También había negros, en concreto una pareja. Él era herrero y ella se monta un restaurante. Cosa curiosa que en 1867 vivieran tan integrados en el pueblo una pareja de negros, pero es que el pueblo de la doctora Quinn era muy progresista. Siempre había algún puntito de mini hostilidad hacia los diferentes, pero al final todos aprendían la lección y decidían que todos merecemos respeto y cariño.

Porque en la serie de la doctora Quinn todo conflicto familiar o vecinal se solucionaba con una amorosa y pedagógica charla y un cálido abrazo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aleluya, ha nacido el Señor nuestro Dios.

De momento no me lo puedo leer porque son las tantas de la noche y quiero apagar el ordenador, pero celebro que al fin sigas la lista y mi eterna duda sobre esta serie es: ¿esta mujer tenía un ojo de cada color o es que tenía un ojo de cristal? En el último caso, ¿La actriz también tiene un ojo de cristal? No se a que vienen estas dudas.

JavierSanBernat dijo...

Todo hay que decirlo además de todo lo que podía y podía hacer la Dra. era una serie al más puro estilo americano, sonrisas y lágrims con final feliz, personalmente, me encandilaba la Doctora.

jjj dijo...

hola Lidia, celebro ver que no cierras "la paraeta", ánimo que es bonito saber de ti de vez en cuando, yo no soy demasiado "comentarista", pero sí que sigo leyéndote. Un saludo.
KOOKA

Anónimo dijo...

Creo que jamás ví un capítulo entero, pero podría decirse que a lo mejor la Doctora Quinn era la tatarabuela del Doctor en Alaska, ¿no?