11 febrero 2006

Como hemos cambiado

Tenía pensado actualizar el blog con otro tema, ya que mis fans me piden material nuevo para leer, ejem… pero ha sucedido algo que me ha hecho cambiar de opinión. Para entender la historia os pongo en antecedentes:
Desde que tengo memoria he tenido una amiga. Antes de ir al colegio incluso, ya jugábamos juntas en casa de una o de la otra porque nuestras madres eran vecinas y nosotras solo nos llevamos nueve meses, por lo que siempre nos tuvieron juntas.
Éramos prácticamente almas gemelas, nos veíamos todos los días y lo que pensaba una lo pensaba la otra. Era mi mejor y casi única amiga, sin contar con las compañeras de clase, porque no fuimos al mismo colegio.
Todo fue genial hasta que a los trece años empezó a ir con otras amigas y a distanciarse de mí, hasta tal punto que me operaron y no vino ni siquiera una vez a verme.
A partir de ahí nuestra amistad se enfrió, sin llegar a discutir nunca, pero nos distanciamos tanto que al final ya fuimos dos completas desconocidas. Y encima esto ocurrió en una de las perores épocas de mi vida en que cambié de colegio y luego empecé el instituto sin amigos durante varios años. Años de tristeza y soledad. Me dolió mucho esa traición y tardé años en recuperarme. Pero el tiempo lo cura todo, eso sí guardando un poco de rencor.

El caso es que hace meses me enteré de que mi amiga se había quedado embarazada. Me chocó la noticia pero casi me fue indiferente.
Esperaba el bebé para finales de marzo, pero hace un par de semanas tuvo problemas y acudió a urgencias donde la atendieron al borde de la muerte, a punto de desangrarse. El niño, prematuro también ha tenido complicaciones.

Cuando supimos que ya estaba ella en casa, mi madre llamó a la suya para darle recuerdos de nuestra parte. Al día siguiente, su madre nos llamó para agradecernos de su parte la llamada y me dijo que estaba muy emocionada y que en cuanto el bebé saliera del hospital, yo sería la primera a quien visitaría.

En fin, que toda esta historia me ha hecho pensar en todos estos años que no nos hemos visto, y tal vez este hecho tan desafortunado pueda tener algo bueno: volver a unir a dos amigas que se querían como hermanas.
Nunca le he deseado nada malo, pero me hubiese sentido fatal si le hubiese pasado algo sin tener la oportunidad de “hacer las paces”.
Quizás ahora me de su teléfono y podamos vernos de vez en cuando…

Toda esta historia queda perfectamente resumida, casi hecha a medida de esta canción de Presuntos implicados:

Ah! Como hemos cambiado /Que lejos ha quedado aquella amistad.
Así como el viento lo abandona /Todo al paso, así con el tiempo /Todo es abandonado; /Cada beso que se da, alguien lo abandonará.
Así con los años unidos a la distancia,/ fue así como tu y yo perdimos la confianza y cada paso que se dio, algo más nos alejo.

Lo mejor que conocimos separo /Nuestros destinos que hoy nos /Vuelven a reunir, tal vez si tu y yo /Queremos volveremos a sentir aquella /Vieja entrega.

Ah! Como hemos cambiado que lejos /Ha quedado aquella amistad. /Ah! ¿Qué nos ha pasado? /Cómo hemos olvidado aquella amistad.
Y así como siento ahora el hueco que has dejado /Quizás llegada la hora, vuelva a sentirte a mi lado /Tantos sueños por cumplir, alguno se ha de vivir, si.
Fallas 1985.
Curiosamente, la única foto que tenemos juntas en 10 años de amistad. Yo soy la de la izquierda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso creo que nos pasa a todos alguna vez en la visa. Aunque no sé qué es mejor, si perder el contacto o ir desilusionàndote poco a poco. En fin, que yo también te animo a que vayas dándole un giro algo más optimista al blog... Por el bien de todos y el tuyo propio, porque si te `´ies de las malas noticias puedes llegar a sentirte un poco mejor y quitarle hierro al asunto...
Au!

Anónimo dijo...

Estoy con el comentario de antes. Aquí, o nos animamos todos o nos vamos a pique. Propongo que hagas como yo, que cambies el pesimismo por mala leche, y que se jodan todos!
Eso sí, estas requetechévere (¿?) con el abriguito rojo. Tu amiga ya apuntaba maneras, miraba hacia otro lado, como esperando pirarse.

Anónimo dijo...

Como te comprendo Lidia, yo he sufrido eso y la verdad es que estoy en la etapa de enfriamiento de la amistad que unía a todo un grupo de personas, creo que no hay culpables ni nada por el estilo y aunque no conozco a tu amiga no esperes que vuelva a ti y si lo hace esa alegría que te llevas, si volveis a hablar como antes preguntalé porqué de aquella frialdad. Estaría bien iniciar otra amistad pero sin los errores de la anterior que ya se sabe que aquel que olvida su historia está condenado a repetirla